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Mostrando entradas de enero, 2022

Una fría mañana

Una fría mañana de invierno, Maestro y Alumno paseaban por un bosque, cuando escuchando los pájaros cantar a la mañana, el Alumno dijo: - Maestro, puedo hacerle una pregunta? - Claro, mi querido Alumno. - Al ver los pájaros cantar de esa forma, no puedo reprimir el pensamiento de cómo las personas se hacen daño, unas a otras, a través de la palabra. - Eso no es una pregunta, sino una reflexión. - La pregunta es esta, Maestro:   ¿Por qué las personas hablan mal, unas de otras, a sus espaldas, en vez de dedicarse Amor mediante la palabra? - Una gran pregunta, como todas las que haces...   Cuando una persona habla mal de otra, a una tercera, se olvida de sí mismo y de sus penalidades ya que, al criticar a alguien, se sobreentiende que es mejor que él, y eso le hace sentirse importante. De esta forma usan la palabra venenosa en dos sentidos, uno para olvidarse de las propias desgracias y otro para sentir que son mejor que aquel al que critican. - Ahora lo entiendo mucho mejor... Gracias, M

LIBERACIÓN

Libérate de la arrogancia de despertar al otro.  Tú no estás aquí para "despertar a los demás".  Eso es responsabilidad de ellos.  En todo caso, ellos pueden despertar apoyándose en ti, en lo que emites, en lo que muestras, pero no depende de ti, sino de ellos.  Ellos se activan.  Ellos deciden.  Ellos despiertan.  Si quieren.  Cuando quieran.  Cuando su alma esté lista...  Pero no cuando tú lo decidas o trates de imponerlo. Toma conciencia de ese escurridizo ego espiritual que desea que los demás despierten y que asume la misión de "salvador" y "despertador".  Toma conciencia de esa necesidad de imponer tu verdad y tu visión.  Y, yendo un poco más allá, atrévete a mirar hacia ti mismo y pregúntate si tú estás despierto, porque si estás juzgando o forzando a los demás a que lo hagan, seguramente estás más dormido que muchos de ellos.  Todavía no comprendes que cada persona tiene sus tiempos, su ritmo y sus aprendizajes, y que no depende de ti que cambien o

Una vez vi...

Una vez vi a los Reyes Magos.  No eran tres, eran dos y eran los mejores magos que vi en mi vida.  Se las arreglaban para que siempre hubiera algo en los zapatos, Lo mínimo, lo que fuere.  Aunque no hubiera nada, ellos lograban que hubiese lo que para nosotros era todo.  El tercero nunca lo vi, pero seguro que lo dejaban cuidando a los camellos.  Nunca, nunca olvidaré a los dos reyes magos que vi.  Seguro que vosotros también lo visteis y sabéis quiénes son y sabeis que son más magos que reyes.  Si dejasteis de creer, si esta noche no poneis los zapatos, ni el forraje, ni el agua, acercaros a vuestros reyes, dadles un beso en la frente (tu sabes que los tienes cerca) y los que no los teneis con vosotros, sabed que desde el cielo hermoso, siguen viajando para seguir entregando ilusiones y sonrisas... Agradeceles la herencia porque ahora muchos de vosotros os habeis convertido en reyes y en magos.  Y lo mejor que podeis dejarles a vuestros hijos es esa magia que los convertirá en reyes

Las desiertas Abarcas

'Las desiertas abarcas' de Miguel Hernández. Por el cinco de enero, cada enero ponía mi calzado cabrero a la ventana fría. Y encontraba los días que derriban las puertas, mis abarcas vacías, mis abarcas desiertas. Nunca tuve zapatos, ni trajes, ni palabras: siempre tuve regatos, siempre penas y cabras. Me vistió la pobreza, me lamió el cuerpo el río y del pie a la cabeza pasto fui del rocío. Por el cinco de enero, para el seis, yo quería que fuera el mundo entero una juguetería. Y al andar la alborada removiendo las huertas, mis abarcas sin nada, mis abarcas desiertas. Ningún rey coronado tuvo pie, tuvo gana para ver el calzado de mi pobre ventana. Toda gente de trono, toda gente de botas se rió con encono de mis abarcas rotas. Rabié de llanto, hasta cubrir de sal mi piel, por un mundo de pasta y unos hombres de miel. Por el cinco de enero de la majada mía mi calzado cabrero a la escarcha salía. Y hacia el seis, mis miradas hallaban en sus puertas mis abarcas heladas, mis abarc

Deja que vuelva...

Deja que vuelva la magia. Permítete volver a empezar, volver a nacer... eso es la noche de Reyes, al fin y al cabo... un recordatorio, una llamada para dar a luz a nuestro mejor Yo.  Esta noche cree... Ellos... existen. Andan por ahí, entre planos de existencia, materializándose gracias a la inocencia de las mentes aún no contaminadas, a los corazones que les cabe todavía una chispa de ilusión. No es que de ilusión también se viva... es que vivimos en una perpetua ilusión que moldeamos sin darnos cuenta. Pero cada año llegan Ellos con los vientos de Oriente y nos susurran que la ilusión es la fuente de la eterna juventud, es la fuente de la vida.  Esta noche, recuerda que Melchor está en ti y te trae de nuevo el oro para que recuerdes que tienes el privilegio y la responsabilidad de reinar en tu vida. Así que... ponte la corona y comienza a gobernar tu propio mundo y a dirigir tus pensamientos y la voluntad de tu corazón... en la misma dirección.  Esta noche, recuerda que Gaspar está e

Buen viaje, alma estelar

¿Estás seguro de que deseas encarnar en la Tierra? Totalmente. La decisión está tomada. ¿Eres consciente de los retos a los que te enfrentas? Nunca antes he encarnado en ese planeta, de modo que no sé lo que significan realmente los conceptos de "miedo", "dolor", "soledad" o "tristeza". Tal vez el que más me preocupa es el de "muerte"...  No alcanzo a comprender la idea de dejar de existir para siempre: eso es imposible, pero los humanos creen que es así.  Sea como sea, mi alma desea "bajar" y experimentar todo eso, aportar mi luz y contribuir con mi ser al cambio de conciencia. Cuando estés allí abajo, limitado por el cuerpo físico y preguntándote qué haces en ese lugar, "comprenderás"... Desde este estado de conciencia ni siquiera puedes intuir lo que implica experimentar la densidad y la limitación. Asumo el reto... Entonces, si esa es tu voluntad, solo me queda desearte un feliz viaje por el mundo tridimensional