De Derechos y Responsabilidades. Tenemos derecho a desperdiciar nuestra Vida... Es cierto. Tenemos derecho a no evolucionar, a no desarrollar nuestro hermoso y Sagrado Potencial... Absolutamente respetable. Incluso tenemos derecho a destrozar nuestro tiempo, nuestra energía, nuestro cuerpo... Desgraciadamente verdadero. Pero no tenemos derecho alguno sobre la Vida de los demás. No tenemos derecho a romper vidas ajenas con nuestros egoísmos infantiles, con nuestros vacíos, con nuestras heridas aún por cicatrizar. No tenemos derecho a avocar, sobre otros, nuestros miedos irracionales, nuestros rencores sin resolver, nuestros demonios sin iluminar. No tenemos derecho a utilizar personas, para saciar sacos rotos inconscientes por cuyo fondo se volatiliza nuestro Amor propio. Por lo tanto, tenemos la responsabilidad de dar lo mejor de nosotros, de ser nuestra mejor versión, de aportar cada gota de esfuerzo consciente. Y para eso, Amada Persona, necesitas dar pasos en tu Vida, en tu Camino.
Vamos a aprender a decir No: 1) Decir “No” no tiene por qué ser algo negativo. Hay que cambiar el chip que tenemos en la cabeza el cual nos hace creer automáticamente que cuando decimos No estamos enojando o rechazando a la otra persona. Si la otra persona es abierta, flexible y tiene sentido común aceptará un No por respuesta. 2) Argumenta por qué dices No. No se trata de decir No, darte media vuelta y largarte. Seguro que existe una razón por la que dices que No: hay que ser sincera/o para poder autoafirmar nuestra identidad y aumentar nuestra autoestima. 3) No fomentemos el egoísmo. Di No esta vez pero seamos algo solidarios, empáticos. Dile que en otra ocasión estarás a su disposición. Busca el mejor momento para ti y para ella o él y sorpréndele con algo que de verdad necesite. 4) Aprende a decir “No”. No se trata de un “No” seco, corto y que deja frustrado a tu interlocutor. Utiliza la educación. 5) Propón una alternativa. Esto es totalmente optativo y puedes hacerlo en aquellos