Conforme envejecemos, nuestra mente se aterra al darse cuenta que no somos tan agudos como solíamos ser, o tan rápidos, o tan organizados, o tan competentes. Esto puede ocurrir a los 40, ó 50, ó 60, o a los 70 años. Y el miedo puede llegar a confundirnos. Cuando la mente se asusta, se vuelve más y más estresada, y el estrés se acumula en el cerebro. Puedes estar teniendo un día perfectamente normal, y de repente, tu mente es incapaz de recordar algo: un nombre, una fecha, una cita, en dónde pusiste algo, dónde te estacionaste, o incluso lo que hiciste ayer. Y tu mente no soporta el hecho de no saberlo todo. Entonces, vuelve con más profundidad a ese lugar que está basado en el miedo, donde vive la mayor parte del tiempo. Cuando esto sucede, es importante recordar que no nos estamos perdiendo a nosotros mismos. Estamos perdiendo lo que creíamos que éramos. Esta es una distinción en verdad importante.
La mayoría de las personas están atrapadas en esta pequeña caja de lucha llamada mente. No reconocemos que hay algo más aquí que se llama nuestro “hogar.” Nuestro hogar es exactamente donde tenemos que estar. Eckhart Tolle brillantemente dice: “La Vida te dará la experiencia que resulte más útil para la evolución de tu consciencia. ¿Cómo saber si ésta es la experiencia que necesitas? Pues porque esta es la experiencia que estás teniendo en este momento.” Esto significa que aquí hay algo mucho más grande. Las personas que han tenido experiencias cercanas a la muerte normalmente aseguran que se han dado cuenta de lo claustrofóbico que resulta estar en este sistema cuerpo-mente. Somos mucho más que eso.
En lugar de juzgar que tu mente o cerebro se está haciendo cada vez menos agudo a medida que envejeces, podrías considerar que quizá el cerebro te esté poniendo en esta situación para ayudarte a identificar más claramente el miedo. O que quizá la vida te esté invitando a tener una relación diferente con tu miedo para que puedas conocerlo. El mayor temor que todos sentimos es el miedo a no tener el control. Los cambios en nuestros cuerpos y en nuestras mentes, conforme envejecemos, nos llevan a un lugar en el que la mente piensa que debería ser capaz de manejarlo, pero que no puede. Sin embargo, esto no es verdad. Se nos está dando este conjunto de experiencias de vida con el fin de ver plenamente el mundo del miedo, para ver cuán desesperadamente la mente basada en el miedo, desea tomar el control. Estamos descubriendo que más allá de este mundo de miedo está nuestro hogar, un lugar que no está controlado por el miedo. Cuando finalmente aceptamos que nunca hemos tenido el control, nos liberamos a nosotros mismos.
Por tan sólo este momento, digamos que pierdes la percepción de quién eres y de lo que está bajo tu control. ¿Qué pasaría después? Tendrías la oportunidad de ver lo absolutamente bien que está todo. La mente no tiene la capacidad de sondear que si incluso algún día pierdes aquello que tu mente cree que está controlando, la vida te cuidaría y todo estaría bien. A la mente se le hace sumamente difícil creer que el hecho de perder el control realmente nos conecta a la vida.
En realidad, nadie tiene ni idea de lo que va a suceder en el futuro. Sin embargo, vemos a la mente queriendo hacerse cargo y creando historias de un futuro conforme envejecemos. Ella podría decir: “No seré capaz de pagar mis cuentas” o “No seré capaz de conducir” o “No seré capaz de vivir solo.” Esto es sólo miedo, y el miedo es lo que nos aleja de nuestro hogar. Sabe que cualquier cosa que llegue a darse en el próximo día, o semana, o mes, o en los años siguientes, lo más elevado es lo que se está dando y tú siempre estás exactamente donde tienes que estar. Dite a ti mismo: “La Vida es para mí” y confía en que el perfecto conjunto de circunstancias está ocurriendo para ti. Conforme vas despertando a la vida, siente la gratitud de poder experimentarla a través de tu cuerpo, y el hecho de que sea una etapa de sanación y re-conexión contigo mismo.
¿Te ha pasado que te diriges hacia una habitación para hacer algo, sólo para olvidar de qué se trataba justo cuando entras? ¿Qué hace tu mente con eso?
"Mary O’Malley"
Comentarios
Publicar un comentario