LAS SÁBANAS DE LA VECINA
– ¡Qué sabanas tan sucias cuelga la vecina ”Ojalá pudiera enseñarle a lavarlas mejor, o recomendarle mi detergente de la ropa. No la conozco demasiado, pero debería buscar la forma de acercarme sin ofenderla y ayudarle a tener sus sábanas mejor".
El marido la miró con una sonrisa, sin contestarle.
Y así, cada dos o tres días, la mujer repetía su discurso, mientras la vecina tendía sus ropas al sol y al viento, ajena a su observación. Para ella casi se estaba transformando en una obsesión. Seguía pensando en su vecina y en cómo ayudarle a mejorar la limpieza de sus sábanas.
Un día, la mujer se sorprendió al ver a la vecina tendiendo las sábanas muy muy limpias. Le contó a su marido con alegría:
– ¡Qué te parece! La vecina aprendió a lavar la ropa. Parece que no era solo a mí a quien le llamaba la atención. ¿Le habrá enseñado otra vecina?
Esta vez el marido sí le respondió:
– ¡No, hoy me levanté más temprano y limpié los cristales de nuestra ventana!
Moraleja : A veces criticamos algo que desconocemos, sin saber que quizás nosotros estemos equivocados.
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