¿Qué nos indica esta pandemia?
Que Necesitamos un urgente examen de conciencia a nivel individual y colectivo.
Que íbamos muy, pero que muy perdidos.
Que todavía estamos muy perdidos.
Que cuando termine la cuarentena solo será el principio de lo que ha de venir.
Que la conciencia aprieta y es inexcusable la transformación.
Que muchos trascenderán en un tiempo acelerado.
Que continuarán los que se encuentran “al menos” en la antesala de un proceso de interiorización y verdadera transformación.
¿Qué podemos aprender de la pandemia?
Podemos aprender de la fragilidad culminante de la mayoría, para valorar hasta qué punto el pánico irracional se torna el mejor tributo al servilismo de cualquier método de control absoluto de la población.
Podemos aprender hasta qué punto los intereses económicos juegan su juego mientras manipulan con rotundo éxito a la masa a través del miedo.
Comprender que somos lo que somos y estamos como estamos por pura paranoia basada en la separación.
Lo que viene no es una crisis económica:
ES UNA DEBACLE.
Es un reseteo completo del sistema económico global, donde veremos situaciones que aún superarán las consecuencias de la II guerra mundial.
Este mensaje es obligado pues la transformación como trasfondo resulta del todo inevitable. Por lo tanto, cualquier re-interpretación de este comunicado aplicándole tintes de “apocalíptico o bajas vibraciones” se encuentra completamente disociado y ajeno a la realidad.
"Nuestra realidad", que nunca fue algo por mucho tiempo sostenible, así que llegamos al final de una fase que marca el inicio de otra, de un proceso que desde hace tiempo ya no admite marcha atrás.
No se trata de un cambio de modelo social, sino de un quiebre de algo mucho más profundo.
Se trata de un cambio de ERA o transición de la humanidad, hacia umbrales donde nos veremos de alguna forma “obligados”, con el tiempo, a reencontrarnos más allá de las apariencias.
¿Para qué estamos en cuarentena?
Ya que la cuarentena es un periodo "fehacientemente forzoso", (tan obligado como obligadas serán las situaciones y los drásticos cambios sociales que han de venir), igualmente resulta un periodo perfecto para “prepararnos”.
El conocimiento y la calidad de la información, enfocado hacia un ejercicio de auto-encuentro interior, será la verdadera clave que nos ayude a transitar y comprender este proceso, desde un consolidado estado de observación y aceptación que muchos de vosotros ya habéis experimentado.
Lejos del alarmismo y la posible confusión con escenarios vinculados con el sufrimiento y el drama, esta información supone un adelanto de potenciales en juego, donde se decidirá la dificultad o facilidad de la “ruptura de aguas” o “parto” donde proyectivamente nos encontramos, teniendo en cuenta que “los dolores del parto” no han comenzado todavía.
José Vaso
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