Sé que muchos de nuestros hermanos y seres queridos están dormidos. Sé que muchos de ellos se rehusan a despertar. No escuchan ni perciben las señales del Cosmos. Se sienten condenados por designios del destino o vaya a saber por quien. Nada has podido hacer. Sé respetuoso del camino de ellos y no retrases el tuyo.
Acepta que si no es en esta vida o en este plano, su espíritu evolucionará… en sus tiempos… en sus modos. Tú ya has dado lo mejor de ti. El tiempo que permaneces frente a alguien que sigue atado a sus viejas creencias, es tiempo que podrías dedicar a tu propia expansión y ayudar a otros hermanos con voluntad sincera de cambio.
No te preocupes por él, no sientas que lo abandonas… es solo que no puedes ser su maestro… necesitará de otras experiencias… otros maestros… otras situaciones para despertar… en esta u otras vidas. Tú no eres el indicado… confía en el Universo… te ayudó a ti… hará lo mismo con él.
Extracto de la segunda parte del libro "Ignacio Rivas y sus Mensajes de Dios"
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