Eres la totalidad misma. El “yo” es un parásito que dice ser Tú, y una vez que la “instalación de ese forastero” es creída, viene el deseo de desembarazarse de él.
El yo imaginario vive en un pasado-futuro imaginario, (en algo que NO está pasando) en el que reclama TODO para sí mismo. Estos son “mis” pensamientos, “mis” sentimientos, “mis“ ideas, etc. Un pensamiento es sólo un pensamiento hasta que se convierte en “mí” pensamiento. De repente, todo se siente completamente diferente cuando se añaden estas dos letras a cualquier cosa.
Pero si se ve que el yo no existe, que es una ilusión, entonces el problema es visto como algo inexistente, en cuyo caso no es necesaria ninguna solución. Ese es el alivio. No necesitas ser libre porque nunca estuviste esclavizado.
"Paul Hedderman"
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